La tierra de los resignados

Hoy no es un buen día para hablar de alegrías y de sonrisas, hoy no es un día o una tarde ya, en la que puedo sentir que me enamoro mas del sol cuanto más lejos y oculto esta; pues hoy soleado y achicharrante día tuviste la genial idea de marchar hacia algún rincón donde buscar aquella paz, que siempre esta ciudad vilmente secuestra entre bocinazos de combi y olor a desodorante escaso.

Mirando el ventanal seguramente veras dunas gigantes sin sospechar siquiera que en la lejanía y mucho mas allá de donde perciban tus ojos, algunos amigos recuerdan y se entristecen porque uno no entiende porque la vida muchas veces está hecha de tanta mierda que nunca nos permiten quedarnos juntos.

Existen mil promesas que siempre se dicen y que toda despedida marca, que se escuchan en la cabeza de uno para no sentirse tan miserablemente solo, conjunto de palabras e imágenes que se empecinan en menguar un poco la distancia, que al fin y al cabo muchas veces no sirven para nada; salvo hacernos notar que aun están allí.

Hoy como siempre cuando se trata de un amigo no quiero prolongarme demasiado porque voy sintiendo que la pena va iniciando su recorrido, escalando por los pies e introduciéndose por los poros, uno a uno en fila india, con tal orden milimétrico y con una meta clara devorar en el menor tiempo los residuos de un corazón.

Espero que esta pena pase y que se atragante por tanta gula, hasta ese momento


Cuídate amigo

y esta cancion va para ti


Los Chicos - Andrés Calamaro